miércoles, 3 de agosto de 2011

Consuegra Medieval.



Las pequeñas ciudades siempre encierran grandes emociones, hallazgos para el viajero inquieto que, ante todo, quiere descubrir que fue lo que pasó hace casi un milenio en el mismo escenario.

A los pies de un castillo milenario que guarda las puertas de la Mancha, un 15 de agosto de 1.097 se encontraron dos formas diferentes de entender una misma realidad. En la defensa de la plaza, Alfonso VI, rey de Castilla y León, como parte de sus huestes, Diego Rodríguez, hijo del Cid Campeador.

En jaimas, dispuesto a presentar batalla en los llanos de la Mancha, Yusuf ibn Tasfin, al frente del ejército Almorávide.

Desde las atalayas del castillo se puede ver este mismo paisaje, donde hace 915 años dos ejércitos en formación zanjaron quien iba a dominar La Mancha durante un siglo.

El resultado de la batalla: la derrota de Alfonso VI, la muerte de Diego Rodríguez y por tanto, la pérdida del heredero llamado a mantener el reino de Valencia.

Como en tantas ocasiones, la historia se convierte en leyenda. Los viejos incunables, guardados en monasterios preservaran esta a través de los siglos. El juglar, en los versos del magnífico del cantar de gesta, relega al olvido al vástago perdido ante los muros del castillo de Consuegra.

Los hechos históricos son los que del 12 al 15 de agosto se recrean cada año con Consuegra Medieval.

Desde hace 15 años la ciudad de Consuegra rememora aquel día en el que una batalla decide el camino de la historia.



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